jueves, 29 de septiembre de 2016

MICROSCOPIO

El microscopio fue inventado por un fabricante de anteojos de origen holandés, llamado Zaccharias Janssen, alrededor del año 1590.

En 1655, el inglés Robert Hooke creó el primer microscopio compuesto, en el cual se utilizaban dos sistemas de lentes, las lentes oculares (u ocular) para visualizar y las lentes objetivos. Publicó Micrographia, el primer libro en el que se describían las observaciones de varios organismos realizadas a través de su microscopio. En su libro, Robert Hooke llamó a los numerosos compartimientos divididos por paredes “células”.

El descubrimiento de las células provocó el rápido avance del microscopio.

El holandés Antoni Van Leeuvenhoek fabricó sus propios microscopios simples, que lo llevaron al descubrimiento de los glóbulos rojos en 1673, así como también al descubrimiento de las bacterias y del esperma humano.

En los siglos XVIII y XIX, se hicieron esfuerzos para mejorar el microscopio, principalmente en Inglaterra. Los microscopios desarrollados por las empresas alemanas Leitz y Zeiss se popularizaron a partir de la segunda mitad del siglo XIX.
El microscopio electrónico de transmisión (T.E.M.) fué el primer tipo de microscopio electrónico  desarrollado este utiliza un haz de electrones en lugar de luz para enfocar la muestra consiguiendo aumentos de 100.000 X. Fue desarrollada por Max Knoll y Ernst Ruska  en Alemania en 1931. Posteriormente, en 1942 se desarrolla el microscopio electrónico de barrido (SEM).


EL ACUEDUCTO

La palabra acueducto deriva de la palabra latina que significa conducción de agua. Hacia el año 700 a.C., Senaquerib, rey de Asiria de 704 a 681 a.C., mando construir un acueducto que abasteciera de agua su capital, Ninive. Por la misma época, Ezequías, rey de Judá entre 715 y 686 a.C., aproximadamente, eidficó a su vez un acueducto que lleva el agua a Jerusalén. Pero el sistema de transporte de agua más extenso de la antigüedad fue quizá el construido por los romanos. El primero que construyeron, Aqua Apia, era un acueducto subterráneo de 16 km de longitud. Fue erigido durante el mandato de Apio Claudio (llamado el Ciego), por lo cual se llamó posteriormente Vía Apia, hacia año 310 a.C. El primer acueducto romano que transportaba el agua sobre la superficie del suelo fue el Aqua Marcia, en Roma; tenía una longitud de 90 km y fue construido por el pretor Marcio en el año 144 a.C. La sección de este acueducto, soportada por puentes, medía unos 16 km. Diez acueductos suministraban agua a la antigua ciudad de Roma, unos 140.000 m3 de agua al día. En la actualidad se encuentran porciones de ellos que todavía están en funcionamiento, y proporcionan agua a las fuentes de Roma. Los antiguos romanos también construyeron acueductos en otros lugares de su imperio, muchos de los cuales se mantienen todavía en buen estado: el acueducto sobre el canal de Francia; el de Segovia en España y el de Éfeso en Turquía.
A partir del siglo XIX el aumento de la población en las zonas urbanas obligó a realizar grandes obras de conducción y tratamiento de las aguas. Se comenzaron a utilizar las instalaciones de conducción de sifón basadas en el empleo de distintas presiones. Los acueductos modernos han modificado su estructura y están integrados por grandes tuberías de hierro, acero o cemento. Su función es suministrar agua a grandes zonas secas (California) y distribuirla en amplias zonas de regadío (Francia).


EL CAUCHO

El caucho estaba conocido en Centroamérica antes la era cristiana.Los Mayas y los Aztecas fabricaban pelotas para jugar al "tlachli", el precursor del baloncesto.En el siglo XV, los Conquistadores prohibieron este juego, dejando el caucho dormir durante 200 años.
La palabra "caucho" procede del quechua "cahutchu" que significa lágrima de madera.En 1735, el sabio francés Charles de La Condamine descubrió de nuevo el caucho. Observa su uso en el continente americano para la fabricación de antorchas. Diez años después, encuentra de nuevo el caucho en Amazonía y se entusiasma con sus estupendas propiedades: su elasticidad y su impermeabilidad. Hará su promoción en Europa. Luego, el ingeniero francés François Fresneau continuará sus estudios. Describirá el hevea, la sangría del árbol y estudiará el látex.
El interés científico general en la sustancia y sus propiedades se revivió, y se buscaron las maneras para disolver el látex el cual endurece rápidamente después de ser extraído para poder trabajarse a distancia de su fuente natural. Muchos científicos trabajaron sobre el problema, y en 1770 el químico Británico Joseph Priestley descubrió que ese caucho puede usarse para borrar marcas de lápiz refregando, propiedad de la cual deriva el nombre de la sustancia. En 1791 se inició la primera aplicación comercial del caucho cuando un fabricante Inglés, Samuel de Repiqueteo, patentó un método para impermeabilizar un paño al tratarlo con una solución de caucho en trementina. El químico e inventor Británico Charles Macintosh, en 1823, estableció una planta en Glasgow para la fabricación de paño impermeable y los vestidos impermeables que han sostenido su nombre.


LA CERRADURA

Desde los tiempos más remotos el hombre sintió la necesidad de protegerse, y ya al cerrar con una enorme piedra la entrada de su caverna dio origen, con ese rudimentario sistema, a un proceso de perfeccionamiento que no se detuvo a lo largo de siglos y siglos.
Al aumentar sus pertenencias, también aumentó el riesgo de sustracción: se entabló así una verdadera batalla de ingeniosos mecanismos entre los que defendían lo suyo y los que trataban de apoderarse de lo ajeno. El resultado de esta puja es la cerradura, en la que la llave, como una diminuta varita mágica, lo protege todo con sólo un ligero movimiento.

NACE LA CERRADURA
La cerradura moderna tiene su origen en el pasador horizontal de madera que, acoplado a la parte posterior de la puerta, se hacía deslizar por una rudimentaria guía para encajar luego en un agujero que se practicaba en la jamba.
Para accionar semejante pasador por un agujero desde afuera o liberarlo de los enganches se necesitó un pedazo de metal curvo provisto de un mango recto, que hacía las veces de llave primitiva.
Para impedir que el pasador o la barra se deslizara, se practicaba un agujero vertical en la parte superior de la hembra y se insertaba allí una cuña. La función de la llave era mover la cuña, levantándola, para dejar en libertad al pasador.


EL BOTÓN

El botón fue utilizado desde la prehistoria pero fabricado en serie desde el siglo XII. Según algunas investigaciones, los que se usaron en los comienzos eran conchas de moluscos, talladas y perforadas, fueron encontrados en el valle del Indo y datan del año 2000 a.C. En la foto podemos ver un botón de la Edad del Bronce Tardío, de marfil, su tamaño hace suponer que se trataría de un cierre de cinturón o de algún adorno ritual

Los griegos y los romanos usaron los botones solamente para adornar sus túnicas y vestidos.
Durante la Edad Media se hacían de cuerno o de cristal y solamente la gente que poseía riquezas podía darse el lujo de llevarlos. En el siglo XII, se puso de moda llevar las mangas muy justas, hasta el puño, todos los días las costureras cosían y descosían las mangas de las damas, los botones facilitaron el trabajo. En el siglo XIII se empezaron a poner de moda, conjuntamente con otros adornos de vestir, tales como prendedores y camafeos. En 1350 los cruzados lo trajeron a Europa. Anteriormente los ricos se ataban la ropa con corchetes, y los más pobres usaban nudos o ganchos. En el siglo XV, en la corte de Enrique IV de Castilla, se comenzó a usar como elemento decorativo, combinado con las pasamanerías.
el siglo XVI se fabricaron artesanalmente magníficos botones, muy trabajados y elaborados con oro, plata e incrustaciones de joyas. Tener ropas con botones, en esa época, era muestra de lujo y buen gusto. Como curiosidad, en 1520, Francisco I de Francia (VER FOTO) debía reunirse con Enrique VII de Inglaterra y se presentó con un vestido de terciopelo negro al que se habían cosido más de 13.000 botones.


sábado, 24 de septiembre de 2016

LA LLAVE INGLESA


En el mundo de las herramientas, pocos elementos son tan conocidos y útiles como la famosa llave inglesa. Esta llave es una herramienta simple que, debido a su capacidad de ajuste a diferentes tamaños y diámetros, puede ser utilizada en muy diversas situaciones. La llave inglesa es una herramienta de tipo manual (es decir, que no necesita ningún tipo de energía para funcionar) y es bastante simple también en su formato: chata, de metal pesado y con una punta redondeada y otra punta con dos tenazas que se achican o se agrandan en su distancia intermedia dependiendo de las necesidades de cada caso.

La llave inglesa lleva este nombre debido a que fue creada a mediados del siglo XIX por Richard Clyburn, un ingeniero inglés que buscaba desarrollar una herramienta sencilla y útil en diversas situaciones. A diferencia de otras llaves manuales que ya existían, lo que logró este ingeniero inglés fue hacer que el mismo modelo de llave pudiera ser ahora ajustable y alternar entonces el ancho existente entre cada tenaza a modo de agarrar o sujetar propiamente cada elemento sin que existiera necesidad de tener un tipo de llave diferente para cada ancho existente.
La llave inglesa ha sido desde entonces una de las herramientas más simples y utilizadas por el hombre, también barata y accesible en términos económicos en comparación con otras grandes herramientas mecánicas o incluso eléctricas que han surgido con el tiempo. La función principal de la llave inglesa (como también la de cualquier llave) es ajustar y aflojar tornillos y tuercas y por lo general siempre se encuentra en un diseño básico y bien simple que supone la parte central y un mango, todo hecho en metal resistente y firme que facilita la acción de ajuste y aflojamiento. La sección que permite el ajuste es una especie de rueda que se ubica siempre debajo de las tenazas.


viernes, 23 de septiembre de 2016

LOS NEUMÁTICOS



Descubra la historia del neumático, desde el descubrimiento de la vulcanización del caucho hasta el invento del neumático sin cámara de aire.
Fue la empresa Goodyear la que descubrió en 1839 la vulcanización del caucho.
John Boyd Dunlop, veterinario escocés que vivía en Irlanda, fue quien inventó el neumático en 1887. Diseñó una “cámara de aire” envuelta en una tela de algodón tejido, que pegó y clavó en una llanta de madera. El resultado fue tan rústico como eficaz.
El 23 de julio de 1888, J.B Dunlop registró la patente que iba a revolucionar la rueda
En los 1891 hermanos André y Edouard Michelin inventan el neumático desmontable, lo que revolucionó el neumático y permitió su adopción por el mundo del automóvil.
Hacia 1910, los neumáticos se equiparon con un aro metálico en el talón, destinado a mejorar la rigidez. También se adoptaron estructuras y se añadió negro de carbón para aumentar su resistencia a la abrasión.
En 1915, los alemanes pusieron a punto un caucho sintético.
En los años 1920, la tela tejida desapareció y fue sustituida por tejidos cableados sin trama.
En 1937 Michelin creó la carcasa de Acero.
El 4 de junio 1946 de Michelin inventa y patenta el neumático radial que desde entonces, ha sido utilizado por todos los fabricantes. El primer coche equipado con dichos neumáticos es el Citroën con Tracción Delantera.
En 1955, Michelin inventó el neumático sin cámara de aire (denominado Tubeless).
En 1962, Bridgestone desarrolla sus primeros neumáticos de estructura radial en acero japonés para camiones y autobuses y los primeros neumáticos de estructura radial para vehículos particulares en 1964.
En 1965 BFGoodrich desarrolla el neumático radial americano: el «Lifesaver».
En 1971 los neumáticos GoodYear pisan la luna.