La historia del semáforo esta marcada por una evolución constante originada por las necesidades del hombre como muchos otros inventos e instrumentos. La intención de regular la circulación se ha dado desde la época de los romanos y sigue siendo un punto clave y esencial en hoy en día.
El semáforo se creó a principios del siglo pasado para solventar las aglomeraciones cada vez más frecuentes de las ciudades. Pero la intención de regular la circulación y el tránsito vehicular se remonta a la época de los romanos. Estos últimos utilizaban antorchas en las calzadas de la ciudad milenaria[4]. Siglos después se recreó el sistema para controlar la circulación del tráfico ferrovial y fluvial. Estas señales lumínicas que controlaban tanto barcos como ferrocarriles son las antecedentes directas del semáforo actual.
El primer semáforo que controlaba el tráfico de la calle se instaló el 10 de diciembre de 1868 en Londres en el exterior del Parlamento y constaba de sólo dos luces, una roja y otra verde, que funcionaban con gas. Este hecho fue llevado a cabo el ingeniero británico J.P. Knight , especialista en señalización ferroviaria e inventor de las luces de tráfico o semáforos .
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